miércoles, febrero 25

Divagaciones de una mente enferma


Vamos eternamente a la deriva de las ideas, soñado con poder soñar lo sueños que se sueñan.
Vigilando siempre que alguien no sepa lo que planeas, atentamente observando al que te rodea.
Las palabras flotan.
Las palabras son ligeras.
Las palabras son un montón de puntos en sucesión que formas letras, oraciones y argumentos.
Miles de pixels definiendo una mirada, una sonrisa, un suspiro y una añoranza.

¡Estoy cansada de dejar mi suerte al azar!.
¡Estoy cansada de participar en aquello en donde no estoy siendo grata!.

Es un ritmo constante ese que se va, ese que se queda, ese que nunca estará.

Mi corazón muere, se rompe en mil pedazos, pero para ti mis palabras no son mas que desdeñados susurros de algo que nunca pasó, algo que nunca llegó, algo que simplemente para ti nunca existió.

¡Calla!.
Calla de una vez, no quiero que envenenes lo poco que siento por ti, porque tu no sientes nada por mi, soy una débil sombra de lo que fuiste y un pálido reflejo de lo que algún día llegue a ser.

Y como alma errante a la deriva del mar picado por la tormenta que esta próxima a llegar voy dejando destellos del alma que no soy capaz de llevar.


Autor: Aydee Pacheco
(NazzaPach)

viernes, enero 30

Palabras venenosas.

palabras


Hablas y escupes veneno, ese que quema por dentro y que te quema por fuera.
Hablas y lo que dices no tiene razón, ni coherencia.
Hablas y mueres lentamente con tu propio castigo, cargando el peso de miles de significados sembrados desde la infancia en tu ser.

Cuando callas sientes las llamas de esos malos pensamiento.
Cuando callas vas en un espiral de enfermedades contagiosas a través de tu esencia.
Cuando callas no ves la luz que otros te muestran.

Piensas las palabras y, aunque sin sentido, no consigues pensar diferente.
Piensas las palabras y vas repitiendo aquello sin consistencia.
Piensas, y sigues pensando que lo que haces está mal, pero no hay forma de cambiarlo pues, es tu mismo ser quien se ha alimentado de ti y de todo eso que te mata.

Tus palabras son venenosas, tanto si las pronuncias como si las piensas y aunque las calles descargas esa sustancia negruzca y pegajosa, medio consistente medio arrebatadora de vida, derramas a tu paso una estela de todo eso que te consume y la gente pasa de ti.

Solo detente y deja de quemar el piso con el rastro radioactivo que desprendes y consúmete entre tus jugos acidiosos que no hacen mas que detener el mundo de tu entorno y sume a todos en un eterno lamento de la realidad.

Ya no Hables .
Ya no Calles.
Ya no Pienses.

Simplemente, muere.


Autor: Haydee Pacheco 
(NazzaPach)