Mostrando entradas con la etiqueta Miedo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Miedo. Mostrar todas las entradas

lunes, noviembre 4

Merodeando

Caminando incesante por las calles me encuentro.



Sin sentido, 
Sin saber a donde ir o que hacer, 
Sólo en mis memorias te encuentras y nadie sabe ya a donde ver.

Te busco en cada centímetro de mi cuerpo pero no te encuentro,
es como jugar a ser lo que realmente no se es y sin embargo, 
saber que soy experto.
El arte del engaño, eso que se hacer tan bien, tan mal, tan espectacular.

Si te pones a pensar ¿que rayos es lo que quieres de verdad?

Pisadas fuertes y pesadas...

Dolor, dolor, olor. 
Olor a sangra fresca, esa rica fuente de vida que todos tienen por dentro y nadie aprovecha.

¿A donde quieres ir? 
¿A donde quieres llegar? 

No importa a donde vayas, yo ahí estaré esperando tu aparición.

Estoy donde no me ves.
Estoy donde no me sientes.
Estoy donde no me buscas.
Estoy donde no me encuentras.
Estoy sin que nadie pueda verme, 
siempre estoy a tu alrededor.

Pronto, cuando logres verme será cuando entiendas qué soy dentro de ti, 
que soy para ti
y que soy por ti.

Por ahora no podrás huir de mí.

Cuidado al caer, porque si lo haces nunca podrás levantarte del frió suelo.

Autor: Haydee Pacheco
 NazzaPach
(Haydee Pacheco)

jueves, agosto 12

Dolor

Por miles de años somos capaces de resistir,
Por miles de años somos capaces de vivir,
senderos de luz y oscuridad que se enfrentan a diario,
sangre y dolor que nos muestran el camino,
torturas y pre-juicios que nos llevan a la decadencia de un "pueblo digno",
¿es qué acaso somos incapaces de ser felices sin hacer sufrir al prójimo?
dolor es lo único que sale de nuestras vidas,
odio lo que sale de nuestra boca,
sacrificio lo que propicia nuestras manos,
manos sagradas que alguna vez dieron vida y esperanza.
"Tomaré mi cuchillo y atravesare tu cuerpo de cabo a rabo ydejare al espectador poca imaginación de lo que hay en tu interior,tripas y riñones, hígado y estomago,todo será expuesto hasta tu pobre corazón frio y sin aliento,será observado, incluso, por el más ingrato de los victimarios silenciosos que miran atentos tu destrozo"

jueves, octubre 15

Splinter. Sus Miedos

Una noche normal como cualquier otra Splinter se va a dormir a su cuarto como cada día desde sus dos años. Pedía a su padre que le leyera cada noche para dormir, con la esperanza de tener una buena noche, y pasar un bonito día. 

Cada mañana Splinter se encontraba con una sorpresa en su cama, algo que nunca se explicaba, sucedía cada mañana, a sus siete años creía que eso acabaría pero no, seguía cada día y no tenia explicación que le ayudara a entender. Una noche decidió acabar con el reinado de lo extraño que vivía en su habitación. 

Era un chico bastante temeroso de las cosas desconocidas, un día su padre lo llevo al parque a hacer una caminata de reconocimiento y vio a un vagabundo andando por las veredas del parque pidiendo comida, al verlo Splinter saltó sobre su padre llorando y rogando regresar a casa. El primer día de escuela fue un día realmente extraño para el, habían tantos niños que se sintió intimidado, nunca había demasiadas personas en su entorno, le dio tal ataque de pánico que no podía seguir caminando, en cambio quedo en todo el medio del salón histérico llamando a su padre, todos los niños se burlaron de el, lo que le provoco una gran molestia y empezó a lanzar cosas. Un día terrible para el pobre Splinter. 

Esta noche definitivamente era la noche del cambio de Splinter, no más sorpresas, miedos o sustos. Muy decididamente le dijo a su padre que hoy no quería una historia, que se fuera a dormir que él estaría bien. Su padre con preocupación accedió al pedido de su hijo. 

Ya era la hora de dormir y Splinter seguía despierto, pasaron horas y horas y él seguía despierto, hasta que escuchó una terrible voz que le decía: 

 - ¿Hoy no vas a dormir? Si no vas a dormir entonces hoy será tu día final. - Splinter temblaba, y de repente de debajo de su cama surgió el monstruo mas feo que el podría haber imaginado, gritaba y daba golpes a las paredes, nadie parecía escucharle, la baba de aquella cosa rociaba la cama y su cara, su aliento pútrido inundaba el cuarto y sus manos llenas de llagas tocaban su cuerpo. Splinter gritaba, sentía como le arrancaba, el monstruo, la piel con las uñas, como mordía sus piernas y aruñaba sus brazos, golpeaba su cara. Ante semejante dolor el solo le quedaba llorar, hasta que el monstruo lo degolló (…) 

 Al siguiente día Splinter despierta asustado con las sábanas mojadas y una nota que decía 

“Este solo fue un susto si te sorprendo otro día despierto morirás en mis manos y no será un sueño”

Autor: Naza