Agonía

Pasas de largo y la ves ahí, tendida, con hambre, desnutrida.
Pasas de largo y no te ocupas, no te preocupa que puede formar parte de la vida de alguien.
Pasas y pasas, cada día, y la ves morir lentamente.

Estas preso de tus emociones, tu propia severidad refleja tu falta de entusiasmo a la vida.
No es que es no sea asunto tuyo, es que tienes tantos pendientes que eres incapaz de ver que puedes ayudar.

Cada día de tu vida refleja la miseria en la que vives.
Eres terriblemente consciente de que tú puedes ayudarla, pero te niegas.
Reposas sobre escombros de imperios destruidos porque ella ha desaparecido.
Vives sobre cadáveres de personas sin vida que van recorriendo la ciudad.

Deseas multiplicar tu deseo de ayudar, pero a falta de amor propio solo vas cual cordero, detrás de los demás.

¡Es hora de despertar!

  

¡Es hora de escapar!
¡Es hora de soñar!
¡ES HORA DE ACTUAR!

Deja de retorcerte entre tu propia desgracia.
Empuja tus pasos con el fin de llegar a un destino.
Basta de lamentos insaciables, esos que consumen tu vida.
Debes despertar y dejar de hacerte menos.

Esperanza.
Esa que ves muriendo cada día y no haces nada. 
Debes Actuar, pensar, dejar de seguir a las masas, asumir la ruta de la vida, esa que te lleva a lugares hermosamente infinitos y sobre vuelan las cercanías de lo terriblemente catastrófico. Debes arriesgarte.
¡DEBES VIVIR!

Autor: Haydee Pacheco

(NazzaPach)

Fronteras silenciosas

Silencio en la frontera, los inmigrantes queremos pasar,
estamos dispuestos a vender nuestra alma para poder escapar,
queremos la libertad que aquí no podemos encontrar,
vamos anhelando y añorando miles de días buenos,
estamos desechando los días malos.

Corremos desbocados para alcanzar nuevas metas,
dejando atrás el suelo que nos acobijó durante tantos días,
siempre días buenos, siempre respiramos el aire de nuestra propiedad.

Vamos sin rumbo pero con un objetivo, salir de aquí
deseando desesperadamente huir de todo aquello que nos hace daño,
atropellándonos por nuestra incompatibilidad de ideales.

Nuestro país se sume en miseria y maltratos, 
los que se quedan, por miedo o por valor, son menos apreciados,
todos corren dejando la tierra querida en manos del enemigo,
pero nosotros somos enemigos silenciosos.

Silencio en la frontera.
Queremos pasar.
Queremos emigrar.
Queremos soñar en voz alta.
Queremos vivir sin tropiezos,
Abrid sus fronteras y reciban esta multitud, los habitantes perezosos de una tierra en agonía.

Nos creemos merecedores de ser merecidos y aplaudidos por el echo de huir,
que nos abran las puerta porque es nuestra salida segura.

Silencio en la frontera, queremos pasar a su tierra y hacer en ella derroches, mal vivencias, quejarnos de ustedes con desenfreno, escupiendo en su cara la pobre tierra que heredaron, pero que cuidan, porque la nuestra es mejor, pero la dejamos atrás, nuestro abundante territorio, pero lo abandonamos por cobardes, nuestras ricas fronteras, que vendimos por menos que en la época colonial.

Pero aquí no hay futuro.
Pero aquí no hay ganancia.
Pero aquí no hay nada.

Esta tierra tendrá la oportunidad de renacer, sin nosotros, de crecer, sin nosotros, de dar frutos inmejorables, sin nosotros.

Autor: Haydee Pacheco

(NAzzAPacH)

Sombrío Carrusel

El carrusel, donde todos lo niños juegan, hoy se encuentra cerrado.

La principal atracción del parque central tiene sus luces apagadas.

¿Qué ocurrió aquí?

¿Qué fue lo que pasó?

A un metro de distancia, un montón de gente reunida, admira una escena poco frecuente.

las 10 de la mañana, la hora menos transitada en el parque, ha sucedido un evento.

Hay manchas rojas en torno al carrusel.

Hay ropas dispersas.

Las personas estaban atónitas ante los hechos.

No se lo podían creer.

Mientras unos llaman a la policía, otros tomaban vídeos de lo que estaban viendo.

Allí estaba ella, no se podía mover, ni queriendo hacerlo, no podía hablar, ni sabiendo las palabras, o vestirse, aunque tuviera la ropa. Una simple niña de 10 años muerta frente al carrusel, con la palabra "MALDITA PUTA" escrita en su frente y en su pecho.

La madre estaba justo al lado de ella, no estaba muerta, había perdido el conocimiento al ver a su pequeña hija en ese estado, pero no respiraba, era tan tenue que no podía verse si seguía o no viva.

Nadie sabia que había pasado, pero a la niña le faltaba una mano, y entre sus piernas algo se pudo llegar a ver,  era una tija de textura a la mitad que salía, cundida en sangre.

No había mas que hacer.

Ahí todo el mundo se quedó a ver.

El asesino, la mente maestra, estaba entre los curiosos, para no levantar sospechas, no salió corriendo para que no lo persiguieran.

Realidades que atacan a una ciudad inocente de todo, hasta de la matanza, de esos crueles asesinatos que no quedan pero que tampoco se van.

Autor: Haydee Pacheco

NazzAPacH

Las reglas del aislamiento

Nunca será tomada en serio tu opinión,
Tu presencia será desechable o reemplazable,
No te distingas porque no te han de notar,
No seas razonable, de igual forma serás ignorado.
Las reglas del aislamiento son muy sencillas.

No debes hablar si no se dirigen a ti.
No debes expresar opiniones qué, aunque lógicas, no serán acreditadas a ti.
Procura no respirar el mismo aire de los demás.
No temas a ser señalado, no eres lo suficientemente importante para invertir el tiempo en ti.

Ese es tu rincón,
No debes salir de allí,
No debes hablar con otros que estén en ese mismo rincón,
No debes esperar que te atiendan.
Eres el fantasma del que todos huyen pero qué serán explotados, emocionalmente, cuando otro lo considere necesario.
Las reglas del aislamiento no las pones tú.

Enumera tus responsabilidades y obligaciones.
No tienes voz
No tienes voto
Eres desechable
No eres importante
Si no estás conforme, puedes irte, ya vendrán otros a querer tomar tu lugar.

Y terminas tu día.
Solo.
Son reglas que no deberías seguir.
Que inevitablemente vas a cumplir.

Autor: Haydee Pacheco

(NAzzaPAch)

Muerte por envenenamiento

Y crees que eres la persona mas sana del mundo.

Trotas.

Corres.

Haces Barras.

Comida Saludable.

Manejando bicicleta.

Caminando al trabajo.

Crees que eres el dueño del mundo, 

Crees que eres dueño del mundo.

Vas así por todas partes, orgulloso de tu figura, satisfecho con tu salud.

Un día te enamoras, del opuesto a ti, en todo sentido, muy diferentes

Te llena de orgullo, porque es esa la persona que amas, aunque se ahogue en vicios interminables.

Sigues con tu ritmo, sigues en tu camino, siempre tratando de ayudar pero no consigues cambiar.

Un día, simplemente, dejas de respirar.

Te ahogas,

Te sofocas,

Y te pones azul.

En el hospital, con cara de indignacion, tienes cancer de pulson, son negros, ya no sirven.

No entiendes nadas, no sabes nada, no logras entender, tu no fumas, eres ejemplo de salud.

Recuerdas a la persona que amas y por quien pierdes la vida.

Cada día mueres, y estas cerca de tu ataud, no puedes creerlo.

Envenenado silenciosamente  por dias, años, decadas.

Y Mueres, entre tu salud, mueres, entre lo ejemplar, mueres.

Dejas de respirar.

Dejas de pensar.

Dejas de soñar.

Dejas de amar.

Autor: Haydee Pacheco

(NazzaPach)